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18 de abril de 2004, Sudáfrica. Primera victoria de V. Rossi con Yamaha

Hace diecinueve años Valentino Rossi sorprendía a todo el mundo anunciando que en la temporada 2004 se mudaría de los garajes de Honda a los de Yamaha. La decisión despertó reacciones de todo tipo y, aunque muchos de sus seguidores se echaron las manos a la cabeza porque dejaba la fábrica con la que había alcanzado muchos éxitos, no tardó en demostrar que había escogido el camino correcto.

Los pilotos de MotoGP viven en una continua toma de decisiones que pueden determinar una carrera, un mundial o incluso su trayectoria deportiva. Un adelantamiento, apurar más o menos una frenada, conformarse con un segundo puesto para puntuar o arriesgar para ganar la carrera o decidir que montura pilotar la siguiente temporada. Cada pequeño detalle cuenta.

Sigo el motorsport y, especialmente MotoGP, desde que tengo memoria. Dos pilotos han marcado mi vida y, supongo, que la de la mayoría de las personas de mi edad ya que son los que más títulos se han repartido en los últimos 25 años. Sí, hablo de Valentino Rossi y Marc Márquez.

Muchos se empeñan en enfrentarlos, sin embargo, yo prefiero pensar en lo que tienen en común: ambos son depredadores encima de sus monturas, tienen un hambre insaciable que les lleva a no conformarse nunca, a querer siempre ir un paso más allá, los dos tienen en su ADN el gen de la victoria. Y quizás por esto es mi deporte favorito. Solo veinticuatro consiguen plaza cada año, pero muy pocos consiguen alcanzar la gloria.

A mí me gusta extrapolar todo lo que ser seguidora de MotoGP me ha enseñado a mi vida private. Hace tiempo que entendí que no me gusta conformarme, que no quiero vivir una vida corriente, ni quedarme en tierra firme porque es lo más “seguro”.

Al igual que un mundial de MotoGP, en la vida tenemos que tomar decisiones constantemente. Algunas son fáciles, otras no tanto y otras parecen fáciles, pero en realidad son verdaderas encrucijadas. El problema de las decisiones afortunadas y desafortunadas es que todas parecen iguales cuando las tomamos. Por ello cada vez que tengo que tomar una decisión importante me gusta pensar: “¿Qué harían Rossi o Márquez?”.

Y es cierto que no siempre aciertan con la dirección que toman, pero ¿cuántos mundiales tendría ahora Marc Márquez si no hubiera tomado riesgos en los momentos precisos? ¿Sería Rossi la misma leyenda si no hubiera elevado a Yamaha a la cima?

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